

Amigos, el Evangelio de hoy declara la importancia del fiat (hágase) de María. Cuando María dice «Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho», ella demuestra tanta fe y así enmienda el rechazo de Eva. Y este fiat a lo imposible hace posible la Encarnación de Dios. Al aceptar la atracción del encantador Misterio, ella permitió al amor de Dios encarnarse para la transformación del mundo.
En la fe católica, María es elogiada como la Madre de la Iglesia, la matriz de todo discipulado. Esto significa que su fiat es la base y modelo de toda respuesta de un discípulo al deseo de Dios por encarnarse. Meister Eckhart dijo que todos los creyentes se convierten en «madres de Cristo», testigos de la palabra encarnada, en la medida en que consienten a la pasión divina que desea involucrarse concretamente en la creación.
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